Cuando Kant afirma que el entendimiento elabora de manera espontánea conceptos sin derivarlos de la experiencia, nos recuerda al racionalismo con su pretensión de deducir todos los conocimientos a partir de unos primeros principios innatos. Pero Kant advierte de que esos conceptos sólo se pueden aplicar legítimamente en el ámbito de la experiencia.
Hume había dicho que la idea de una conexión necesaria (causa- efecto) se basaba en el hábito, y esta afirmación despertó a Kant del "sueño dogmático". Causa, sustancia, necesidad, existencia, etc. son conceptos, categorías que el entendimiento elabora y que nos permiten referirnos al mundo. En eso consiste la grandeza del idealismo transcendental. La relación entre el objeto y el sujeto del conocimiento se invierte (giro copernicano). En efecto, el entendimiento accede al conocimiento del objeto gracias a su propia estructura interna. Por esta vía supera Kant el racionalismo dogmático y el empirismo fenoménico. El objeto es sólo objeto para un entendimiento humano, por decirlo de algún modo. El conocimiento es el resultado de la síntesis que realiza el entendimiento humano una vez que aplica las categorías a los datos brutos sensibles.
Al igual que Copérnico había puesto a la tierra a girar en torno al sol, Kant invirtió los papeles y dictó la lección a la inversa: lo que se conoce es pasivo, indeterminado, material, y quien conoce es activo y da forma a esa materia. El ser humano ordena la realidad. Así que el sujeto cognoscente construye; es sujeto activo que al conocer crea la realidad.
Os dejo este enlace a un vídeo del biólogo Richard Dawkins sobre nuestro "raro" universo, en el que plantea el caso de "pensar lo improbable" observando cómo el marco de referencia humano limita nuestra comprensión del universo, de un raro universo...
http://www.youtube.com/watch?v=IURQFdw85cU&feature=share
No hay comentarios:
Publicar un comentario