Kant odiaba la mentira. Consideraba que siempre se debe decir la verdad, aunque el hecho de decir la verdad pueda conllevar consecuencias nefastas. "Sería un crimen decir una mentira a un asesino que persigue a un amigo tuyo refugiado en tu casa". Claro está que Kant no tuvo amigos. Le gustaba citar una frase de Aristóteles: "Amigos míos, yo no tengo amigos".
La cuestión está clara: ¿se debe o no decir siempre la verdad?
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