Dicen que Kant se levantaba cada día a las cinco de la
mañana. Su vida diaria estaba sometida a una rigurosa rutina, tan exacta que la
gente de Köningsberg ponía en hora sus relojes cuando Kant pasaba. En una
ocasión, después de aceptar precipitadamente una invitación para salir, le fue
imposible volver a casa hasta poco después de las diez. Kant se angustió tanto
por haber roto con su rutina que juró no volver a correr un riesgo así nunca
más.
Una de las ideas más importantes de Kant es la de que
el “espacio” y el “tiempo”son construcciones mentales y que no existen en la
realidad. Colocamos los acontecimientos en un lugar del espacio y en un momento
del tiempo, inventando la noción de causa para ordenar el mundo (Hume ya había
dicho que la noción de relación causal sólo se basa en el hábito y la
creencia).
Después de Kant se piensa de otra forma. El filósofo prusiano dio lo que vino a denominar un "giro copernicano".
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